Nada es lo que se ve, y todo es lo que se cree.

“…pues reprimamos esta fiera condición,

esta furia, esta ambición,

por si alguna vez soñamos.

Y sí haremos, pues estamos

en mundo tan singular,

que el vivir sólo es soñar;

y la experiencia me enseña,

que el hombre que vive,

sueña lo que es, hasta despertar.

…y en el mundo, en conclusión,

todos sueñan lo que son,

aunque ninguno lo entiende.”

Segismundo, La vida es sueno, escena XIX.

¡Caray! este Segismundo y su profundidad filosófica me resulta un tanto abrumadora.  Me quedé cautivada por la idea existencialista tan compleja encerrada en sus ultimas líneas del acto II de la obra “La vida es sueño”.

¿Alguna vez has experimentado momentos que sientes que al dormir te despiertas o al despertar te duermes?

Pienso que Segismundo evoca la idea de que los seres humanos no somos nada sino lo que creemos, o más bien lo que soñamos ser. Me da la impresión de que se habla de la idea de que todo lo que hacemos en esta realidad que vivimos que para nosotros tiene mucha importancia como el dinero, el trabajo, las posesiones materiales, las relaciones sentimentales, etc., es pasajero y pertenece a esta existencia terrenal solamente.

Segismundo mismo lo dice en las líneas cuatro y cinco diciendo que en este mundo en el que vivimos, existimos momentáneamente hasta que despertamos de este sueño. Creo que con la palabra “despertar”, se hace referencia a la muerte o al paso a ése otro plano metafísico que la mayoría de los humanos, y no solamente los cristianos, creemos que existe.  

Y, ¿qué si esta vida que vivimos es parte de un algo mucho mayor? De la verdadera realidad de nuestra existencia? Que al morir, realmente despertáramos a nuestra VERDADERA EXISTENCIA Y REALIDAD. Que pensáramos en esta vida, en todo lo que vivimos y experimentamos como si hubiera sido un sueño y nada más.  

No todo es lo que parece. La vida se puede convertir en sueños, en ilusiones que acaban. Si esto es un sueño, quiero dormirlo con los ojos plenos y despiertos viviendo el presente y no el pasado ni el futuro de una manera feliz y satisfactoria.