Thursday, September 27, 2012



 "Entré en mi casa; vi que, amancillada,
de anciana habitación era despojos;
mi báculo, más corvo y menos fuerte.
Vencida de la edad sentí mi espada,
y no hallé cosa en que poner los ojos
que no fuese recuerdo de la muerte.”

-     F. Quevedo, Soneto 29: Salmo XVII






En estas líneas de Francisco Quevedo, siento que el tema central es el paso del tiempo en esta vida y cómo todo lo deteriora y lo acaba trayendo muerte al final.


Bien se dice que lo de más valor es el tiempo por que si se pierde, no se puede recuperar. Tan inevitable como querer parar las aguas correr de un río, es querer parar el paso del tiempo en esta vida.


Quevedo muestra cómo su casa se ha desgastado y hecho fea, su báculo se ha encorvado por el uso y perdido su firmeza, y su espada aún con todas sus batallas ganadas,  ha sido victima también del paso del tiempo. Esto mismo les pasa a las personas por que al igual que los objetos, nos desgastamos y caemos muchas veces, vencidos.


Al igual que la muerte, el tiempo no perdona ni hace excepción de personas ni de circunstancias. Sigue su rumbo, su trayectoria, su marcar de los segundos, de los minutos y de los años ya sea para reyes, príncipes, comerciantes o criados, ¡para todos trae lo mismo!


Para los seres humanos, el saber que somos seres mortales que estamos sujetos a nacer, crecer y morir, siempre ha sido un tema de mucha preocupación. La lucha contra el paso del tiempo y sus estragos ha sido eterna. Por ejemplo, algunas embarcaciones vinieron del viejo mundo, en búsqueda del mito de la “fuente de la eterna juventud”.


¿Por qué será que desde siempre se ha buscado algún remedio o alguna cosa que impida que el hombre se desgaste, se acabe y muera?


En la actualidad, hay tantas empresas que venden la ideología de una eterna juventud. Una ideología que a las personas nos agrada, la cual nos dice que podemos perdurar, que podemos vencer la edad y la muerte. Pero dentro de cada uno de nosotros sabemos que no podemos huir del tiempo, por que estamos sujetos a el sin importar lo que hagamos.


Como lo dice Quevedo en su dos ultimas líneas, todo lo que vemos, todo lo que nos rodea y todo lo que somos, nos indica y nos dice que con el paso del tiempo, la muerte es seguro que llegará hagamos lo que hagamos para evitarlo.


La fuente de la juventud por Lucas Cranach



No comments:

Post a Comment