Thursday, September 13, 2012

Sin culpa al culpable, como a Lazarillo de Tormes.



Lazarillo de Tormes


"...y cuando nos hubimos de partir yo fui a ver a mi madre, y ambos llorando, me dio su bendición y dijo:
- Hijo, ya sé que no te veré más; procura de ser bueno, y Dios te guie; criado te he y con buen amo te he puesto, valete por ti.” 



Lazarillo de Tormes, para mi gusto, es una obra literaria muy “cruda” por qué define, como comentamos en la clase, no solo la corrupción y decadencia social  y del individuo en aquella época en España, sino también la situación de la actual. Lázaro, no creció en las mejores condiciones que se pueden pensar las “apropiadas” para un infante.

Desde su niñez, Lázaro es sometido a distintos padecimientos como por ejemplo, un padre que roba y es arrestado y condenado, luego un padrastro que sigue el mismo ejemplo y por ultimo, una madre que sufre muchas penurias por llevar el pan a casa. Me pongo a pensar y supongo que su vida, aun cuando muy pequeño, debió haber sido muy dura.

El gran sacrificio que tuvo que hacer su madre al separarse de él me conmovio muchisimo. La madre no tenia con qué mantenerlo, por eso decide que lo mejor para Lazarillo es que se "valga por sí mismo" y por ello lo entrega al amo “El ciego”. Estoy segura que lo hizo pensando que toda suerte sería mejor que la desdichada vida que ella le podía seguir ofreciendo. En situación similar se encuentran millones de mujeres en el mundo. Mujeres que tienen que hacer el gran sacrificio de alejarse de sus crías, para que  puedan tener mejores oportunidades, o simplemente para que puedan llevarse más pan a la boca.

La misma suerte que corrió Lázaro, también la corren muchos individuos en esta época. Muchos son explotados, maltratados y marginados por organizaciones delictivas, por la misma sociedad en sí y hasta por la misma vida ingrata.

Durante mi misión, conocí a Leonardo, un lazarillo que fue arrastrado por amos como la pobreza, el hambre, la necesidad y la miseria los cuales le enseñaron a sobrevivir. A pesar de todo lo que fue capaz de hacer, demostró ser un hombre con un corazón humilde, generoso y bueno. Lamentablemente, después de algún tiempo, se dio por vencido y cedió de nuevo a lo que él nos dijo, “su destino inevitable”. 

He conocido a muchos Lazarillos en mi vida, y es quizás por eso que puedo identificarme un poco con el personaje. Siento pena por los Lazarillos que se han visto arrastrados por las circunstancias en las que nacieron o crecieron para convertirse en algo que después de un tiempo ellos mismos consideran que es su naturaleza, perdiendo la esperanza de poder cambiar sus realidades, de poder ser lo que soñaron alguna vez, de poder ser la mejor versión de ellos mismos. 







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